lunes, 24 de noviembre de 2025

Exploraciones en La Llera. Invierno y primavera de 2024.

(Texto de Pablo Solares y Clara Zazo)

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Vamos con una nueva crónica de las exploraciones escariegas en nuestra zona de trabajo de La Llera. Con más de un año de retraso, como ya viene siendo costumbre. En esta entrada, dando continuidad a las anteriores, presentamos las exploraciones realizadas durante la primera mitad del 2024.

21 de enero:

Visita a la LL-20 de Pablo y el pequeño Víctor. Tras recorrer la cueva nos acercamos por el túnel a la LL-52, en cuyo sifón descubrimos numerosos peces, piscardos o esguitos de trucha. Es la segunda vez que los contemplamos: la otra vez fue en el sifón previo a la conexión del túnel con Ḥoulagua; en ambos casos los descubrió Víctor.

23 de enero:

Salida en horario de tarde, por parte de Pablo y Clara, con intención de regresar a la LLR-70, cavidad que habían explorado y topografiado Armando y Pablo meses atrás y donde había quedado pendiente abordar una desobstrucción por donde soplaba con ganas. Después de un poco de trabajo por parte de Pablo, entra Clara primero a un meandro minúsculo pero transitable, con sus buenas y orondas arañas. El conducto termina en una pequeña trepada que lleva a una sala de medianas proporciones que sospechamos ya pertenece a la red de Ḥousanchi. Vamos explorando y topografiando, y tras dos ramales a derecha e izquierda, de frente otra galería nos conecta, tal y como esperábamos, con el techo del túnel del Calabres. Por una vira en el margen izquierdo podemos pasar bordeando el vacío sobre el túnel y llegar a una oquedad con varios niveles, y desde ahí bajar sin problemas al suelo del túnel. El desarrollo topografiado en lo que ya con propiedad podemos llamar Sistema Ḥousanchi alcanza 786 metros.

27 de enero:

Salida a Torca Las Matas por parte de Pablo, Nuria, Aitor y Clara. Hacía tiempo que no veníamos a esta zona de la red, y esta vez lo hacíamos con idea de volver a La Buhardilla y acometer la desobstrucción que habíamos dejado pendiente. De paso, Aitor y Nuria, que aún no la habían visitado, conocían una de las clásicas de La Llera.

Al inicio de las chimeneas de subida a La Buhardilla Nuria se agobió y no vio más remedio que salir, acompañada por Pablo hasta la boca. Mientras tanto, Aitor y Clara acometieron la desobstrucción y finalmente Clara pudo colarse por el ventanuco (tamaño A4) resultante. El pasaje se abría unos metros, pero no ofrecía más continuidad; el aire que soplaba debía irse por algún hueco pequeño. Así que topografiaron y media vuelta. Pablo volvió en un tiempo récord y ya aprovechamos para comer en La Buhardilla.

A continuación, bajamos a la galería inferior y revisamos y topografiamos algunas incógnitas que no dieron mucho más recorrido. Decidimos no realizar la travesía hasta la LL-11, que queda pendiente de enseñarle a Aitor, para poder salir un poco más temprano de lo habitual.

Con lo realizado en esta ocasión queda prácticamente finiquitada toda la topo  de Torca las Matas hasta la Conexión del 97. Además, desinstalamos la subida a La Buhardilla, recuperando algunas cuerdas y chapas, aunque los mosquetones (sólo dos) estaban para tirar. Y eso que sólo llevaban un par de años en la cueva. Desinstalamos también el pozo de entrada a la torca. La topo del Sistema Ḥoulagua alcanza los 6.258 m de desarrollo.





11 de febrero:

Nueva salida a La Llera por parte de José Carlos, Pablo y Clara. Con varios objetivos. Comenzamos la jornada revisando y topografiando la LLR-47, pequeña cavidad situada entre la LL-15 y la LL-20. Presenta depósitos tipo mond-milch sobre espeleotemas descalcificados y numerosos zarpazos en él, incluso a bastante altura, lo que nos hizo andar elucubrando sobre su posible origen.


Finalizada la topo de la LLR-47 nos dirigimos hacia la Cueva la Boriza, entrando por la boca más occidental (e incómoda) para topografiar una incógnita que quedaba de ese lado. Continuamos avanzando por la cavidad hacia el este, despejando y topografiando los ramales que teníamos pendientes. Y, voilá, sin que sirva de precedente, otra cueva que terminamos. Queda con 398 m de desarrollo y 10 m de desnivel.


Como nos supo a poco, después de ésta fuimos a prospectar por la zona, aprovechando que ahora, en invierno, hay menos maleza. Localizamos un pequeño covacho sin interés cerca de La Boriza (LLR-80 en lo sucesivo), y más al este, otra cueva, esta sí con cierto interés (LLR-81). La exploramos entera, tendrá unos 60 u 80 metros, pero no la topografiamos.





25 de febrero:

Salida a la Cueva'l Pradón por parte de Aitor, Diego, Brese, Clara y Pablo (equipo espeleo), y Marelia y Alberto (equipo arqueos). Los arqueos entraron antes que el resto y marcharon al mediodía, dedicándose a sus labores de documentación.

El equipo espeleo empezó la jornada atacando una escalada pendiente en el meandro de la boca 3, que en teoría comunicaba con una antigua boca que existía en la cuneta de la carretera antes de la construcción de la Autovía. Aitor se curró con destreza la escalada. Arriba, dos ramales, a derecha e izquierda, que cierran al poco. La antigua boca fue cegada con una escollera de bloques, pero los restos de basura y cantidad de piedras sueltas dan testimonio de la conexión que existió con la calle.

A continuación, nos dirigimos a otra incógnita, al inicio de la Gran Galería Inclinada. Allí Aitor instala un pasamanos por encima de un pozo que cae a la Galería del Río, y accedemos a un tramo de galería en un piso superior con algo de recorrido y una pared con unos tonos ocres singulares. Finaliza en otra ventana, sobre la Sala de la Columna y bastante elevada sobre el suelo. 

Por último abordamos un par de gateras pendientes al inicio de las Galerías Arcillosas, ambas de escasa continuidad. Con lo topografiado en esta ocasión el Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite alcanza los 7.712 m de desarrollo.


9 de marzo: 

Salida a Torca las Matas por parte de Aitor, Pablo y Alba, compañera cántabra. Entramos por la torca y directos a la Conexión del 97. Superadas las estrecheces, retiramos la cuerda del segundo pozo (alguien la había vuelto a instalar, pero en cutre, anclada a una columna rota y sin montar los fraccionamientos) y nos la llevamos con idea de usarla para el pasamanos de acceso a La Barbería. Continuamos hasta llegar a la conexión con las chimeneas que suben al Cementerio de Caracoles, donde dejamos las sacas y seguimos sólo con lo de topo. En los caracoles sólo habíamos estado una vez (Clara, Carmen y Pablo) y Pablo recordaba que era poca cosa. Pero qué va, tiraba en varias direcciones. En dirección oeste, hacia el Cementerio de Caracoles propiamente dicho, además de lo ya conocido exploramos algún otro ramal y realizamos una trepada a un nivel superior donde abordamos una desobstrucción (regresó Aitor hasta las sacas a por el taladro) que dio poco. La zona está ventilada, con raíces, caracoles (miles, si no millones), alguna araña viva... vamos, que estamos al lado de la calle. Una vez pasados los datos de topo esta zona está relativamente cerca (30-40 m) de la LLR-06, hacia donde probablemente se escape la corriente de aire.

Había otros dos ramales en dirección este: uno que cae en sendos pozos sobre la galería que conduce a La Barbería; y otro, el auténtico descubrimiento de la jornada, que nos dio acceso a una galería cómoda y bonita,  con muchas columnas y tal, que avanza varias decenas de metros hacia el sureste, en dirección a las galerías post-sifón, a las que se aproxima mucho. Finalmente la galería cierra en un derrumbre, también ventilado y con raíces, relativamente cerca (30-40 m) de la LLR-10, donde iniciamos en su día una desobtrucción. Poco antes de este derrumbe un pocete destrepable conduce a un meandro estrecho y desfondado, que quizás no sea superable; no llevábamos equipo de instalar, así que ni lo intentamos.

Topografiamos todo este sector (sólo quedó pendiente el meandro desfondado estrecho, una escalada y una desobstrucción que iniciamos pero no completamos), y sin acercarnos a La Barbería, emprendimos el regreso, haciendo travesía (que ni Aitor ni Alba conocían) y saliendo por la LL-11. Con lo topografiado esta jornada el Sistema Ḥoulagua-Matas-Molín alcanza 6.460 m de desarrollo. La verdad es que fue una buena jornada de espeleo. La cueva estaba bastante seca, pero el Calabres rugía de lo lindo en la Galería del Río.


20 de marzo:

Nueva salida al Pradón por parte de Clara y Pablo. Nos adentramos con idea de resolver varias incógnitas pendientes. La primera, una gatera-chimenea que comunica el final de la Galería del Río con el Pasaje del Yoga. Con bastante esfuerzo Clara logra subir, y topografiamos lo que faltaba, pero se queda encajada a la bajada por elegir mal el hueco por donde deslizarse. Una pequeña sudadita para desencajarse de ahí.

Luego nos dirigimos al Pasaje Feminismo, que no es sino un pasaje largo, estrecho e inclinado, para mayor diversión. Hasta que llegamos a la incógnita, una subida por la que, resbalando por el barro, cuesta progresar. Arriba, dos estrecheces por las que no logramos pasar, por angostas y resbaladizas; parecen ofrecer cierta continuidad, pero habría que desobstruir. Iniciamos el regreso con pocas intenciones de volver.

24 de marzo:

Salida de Nuria y Pablo al Pradón. Íbamos con plan tranqui, a quitar incógnitas por aquí y por allá. Todas ellas estrecheces, que aunque a priori no tenían buena pinta, casi todas dieron más de lo que se barruntaba. 

Al final despejamos todas las incógnitas que quedaban en la zona de entrada del Pradón, así como la mayor parte de las que había por la zona de la Sala las Raíces. Salimos de la cueva con 130 m de topo nuevos, con lo que el Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite alcanza los 7.895 metros. 

1 de mayo:

Pablo, Nuria y Clara se dirigen en esta ocasión a la LL-11 con intención de rematar diversos "recaos" pendientes. La verdad es que, aunque no sumamos muchos metros de topo, sí que despejamos numerosas incógnitas, incluidas las que quedaban en el tramo intermedio del Calabres. De hecho, en todo el camino que va desde la boca de la LL-11 hasta La Madriguera ya no queda ninguna incógnita (salvo la desobstrucción pendiente en la Galería 4K). Así, un importante sector de la red que queda más o menos finiquitado. El desarrollo topografiado alcanza los 6.542 m. 



17 de mayo:

Clara y Pablo se dirigen a La Llera con intención de topografíar varias de las pequeñas cuevas que tenemos catalogadas por la zona del sumidero del Calabres, comenzando por Cueva Rodríguez, que ya habíamos visitado en alguna ocasión y que, en principio, era poco más que un abrigo amplio. Al final echamos la jornada en esta cueva, ya que una gatera ofreció continuidad tras superar un paso estrecho y fuertemente ventilado, comunicando con un enrejado de conductos de pequeñas dimensiones. Topografiamos 140 m de pasajes y salimos de la cueva sin completar la exploración, dejando pendiente: un pasaje que comunica la boca principal con otra boca inferior, un pequeño pozo (no llevábamos cuerda ni equipo de vertical), y una estrechez con intensa corriente de aire que habrá que desobstruir pero que tiene pinta de que nos llevará a conectar con Ḥousanchi o con el túnel del Calabres. Comentar que la cueva posee un pequeño cauce activo muy contaminado, lo que nos hace suponer que recoge las aguas del sumidero que existe en las inmediaciones de la estación de bombeo de aguas residuales, y que aflora posteriormente en el túnel y en Ḥousanchi.

19 de mayo:

Salida al Pradón por parte de Nuria, Aitor y Pablo. Inicialmente abordamos las escaladas que íbamos a atacar el 8 de marzo de 2020, cuando sufrimos el robo gordo de material. Bien, pues cuatro años y pico después, este día Aitor se ha currado ambas chimeneas. Teníamos esperanzas de que pudieran comunicar con algún piso superior, pero nasti. En ambas chimeneas hubo que abandonar material (viejuno) para el descuelgue.

Luego nos empeñamos en una desobstrucción que teníamos pendiente en el sector Güel-a-calle. Tenía aire, y tras una pelea con la roca, y alguna situación inverosímil (el taladro quedó completamente encajado, y nos la vimos y deseamos para desencajarlo), finalmente Pablo logró pasar: una salita, seguida de otra estrechez entre coladas con otra mínima salita detrás, y alguna grieta por la que se perdía el aire, pero nada de continuidad.

En cualquier caso, hemos quitado tres incógnitas, y con eso en la mochila emprendimos el regreso.



9 de junio:

En esta ocasión Armando y Pablo regresan a La Llera con idea de revisar la Cueva las Cavadas, explorada en los años 90 por la S.E. Oviedo y de la que sólo conocíamos su ubicación aproximada. Dimos con la cueva con facilidad y la exploramos parcialmente, aunque no pudimos mirar todo lo que hubiéramos querido. Por un lado por la presencia dentro de la cueva del cadáver hediondo de un animal en un saco. Por otro lado, debido a un par de mastines sueltos en la finca a la que daba una de las tres amplias bocas de la cueva. Íbamos a topografiar al menos lo explorado, pero el distoX se negó a funcionar.

Encontramos por la zona otro pequeño abrigo, con yacimiento. Y con posterioridad otra cueva que, esta sí, contaba con galerías interiores (LLR-83 en lo sucesivo). La exploramos completamente (andará en torno al centenar de metros de desarrollo), conformando una de las típicas cavidades de la zona, laberíntica y con numerosas estrecheces.

No obstante, como el distoX estaba en huelga, decidimos cambiar de planes. Regresamos al coche, cogimos el taladro, y nos fuimos a Cueva Rodríguez, a desobstruir la estrechez que había quedado pendiente. La desobstrucción fue sencilla. Superada la estrechez, y un destrepe delicado del otro lado, logramos conectar con el tramo final de la LLR-70 y, por ende, con Ḥousanchi y con el túnel, tal y como suponíamos. Así, el Sistema Ḥousanchi (Ḥousanchi, LL-20, LLR-70, y ahora Cueva Rodríguez) alcanza las 6 bocas.


Y esto es todo por el momento. Seguiremos informando.


¡Saludos soterraños!

domingo, 23 de noviembre de 2025

Memoria de exploración "Ḥaedu'l Traviesu 2021"

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Ahí va otra memoria de exploración que teníamos pendiente de publicar, la correspondiente a la campaña de 2021 en la zona del Ḥaedu'l Traviesu, en la vertiente norte de la Sierra del Cuera (concejo de Llanes), donde pretendíamos rematar los trabajos en la Cueva la Raíz.


Los objetivos fijados se cumplieron en su mayor en parte:

• Se revisó y retopografió el meandro de -100, que suponíamos tenía algún error, como finalmente comprobamos. Se exploraron todas las incógnitas pendientes en este sector, incluida la ventana del penúltimo pozo, cuya desobstrucción se completó. Y finalizadas las labores en esta zona, se
desequipó toda la cueva hasta el Salonosaurio.
• Se revisaron las dos incógnitas de la galería de la boca inferior, una sin continuidad, y otra con aire que requerirá desobstrucción.
• En el sector del meandro "de lao es menos pecao" se retopografió un ramal dudoso, y se exploró y topografió el ramal pendiente, bautizado "Galería de la Titana". Concluye ante una escalada, que no se completó. No obstante se alcanzó otra modesta galería desde una repisa, "Galería Brava".
• Además se localizó una nueva boca con aire, penetrable, y una segunda, también con aire pero obstruida.

El desarrollo topografiado alcanza 2727, y el desnivel -tras corregir los errores en la topografía en el meandro final- se reduce a 112 m. (-97 / +15).

Como de costumbre la memoria puede consultarse, imprimirse y descargarse libremente desde Google Drive siguiendo este enlace. También quedará fijada en la columna derecha de este blog.

¡Saludos soterraños!

Memoria de exploración "La Llera 2021"

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Seguimos teniendo memorias de exploración pendientes de publicar y el principal motivo, como ya hemos comentado en alguna ocasión, más allá de las demoras habituales, son los varios robos de material que ha sufrido nuestro club en los últimos años. Sea como fuere, va siendo hora de sacar a la luz algunas de estas memorias, y hoy lo hacemos con la correspondiente a la campaña de 2021 en nuestra zona de La Llera.


Desde prácticamente la creación del Escar, en 2007, nuestro club ha desarrollado labor de exploración en el karst de La Llera, ámbito bien conocido de los espeleólogos asturianos. Tras los trabajos más o menos esporádicos realizados en los años 2007-2016, estos se vieron continuados por unas campañas en 2017-2020 con plena dedicación a la zona.

La campaña 2021 se vio condicionada por la pandemia de la Covid-19. No obstante, los resultados de las exploraciones fueron -al igual que el año anterior- muy buenos: se logró conectar la Cueva'l Ḥuraquín y la Cueva'l Furtivu, lo que convirtió al sistema resultante en la tercera mayor cavidad de este karst, con 2 km de galerías; se prosiguieron las labores en el Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite, sumándole una nueva boca a la red, y ampliando la topografía hasta los 7,6 km de desarrollo; se abordó la revisión y topografía de la Cueva de Ḥouporqueru; y también se iniciaron las labores de revisión y retopografía del Sistema Ḥoulagua-Las Matas, comenzando dos poligonales independientes desde la LL-11 y desde Torca las Matas. Por otro lado se continuaron las labores de prospección, localizando y explorando alguna nueva pequeña cavidad de escaso desarrollo.

Como de costumbre la memoria puede consultarse, imprimirse y descargarse libremente desde Google Drive siguiendo este enlace. También quedará fijada en la columna derecha de este blog.

¡Saludos soterraños!

domingo, 26 de enero de 2025

Exploraciones en La Llera. Otoño 2023.

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Vamos con una nueva crónica de las exploraciones escariegas en nuestra zona de trabajo de La Llera. Con un año de retraso, como ya viene siendo costumbre. En esta entrada, dando continuidad a las anteriores, presentamos las exploraciones realizadas durante el otoño del 2023.

22 de octubre:

Dando continuidad a los trabajos previos, Clara y Pablo nos dirigimos a La Llera, esta vez con la LL-20 como principal objetivo. Nos proponíamos despejar las incógnitas que quedaban: dos balcones y una gatera. El primer balcón se encuentra en la sala principal, más amplia y horizontal. El menda realizó la escalada, y al llegar arriba comprobé que cierra enseguida. A continuación, recorrimos la cueva hasta el Paso de la Puntuación, para internarnos en la galería de Ḥousanchi “tras-Mordor”, es decir, al otro lado de la galería derrumbada por el paso del túnel del Calabres. En su día, cuando exploramos Ḥousanchi, habíamos bajado al techo del túnel encofrado, pero no llegamos a subir al otro lado por falta de medios y porque el material de la pared se disgregaba y caía fácilmente. En este punto dejamos pendiente una chimenea que se abre sobre la galería derrumbada, y volvimos por un bypass a la galería de las columnas, que topografiamos. Después de comer echamos una ojeada a la  gatera que, según cálculos, debe conectar con la cueva del Tebellín y, más tarde, atacamos el segundo balcón pendiente de esta cueva. Anclando cintas a naturales, conseguí trepar lo suficiente para asomarme y comprobar que también cierra.

Dando por finiquitada la cueva, salimos de la LL-20 y nos dirigimos por el túnel a las LL-52 y LL-53. Desde la LL-52 ya está comprobada la conexión con la LL-15, aunque aún no se puede pasar. En  dirección contraria, y del otro lado del túnel, se abren dos balcones que no sabemos si estarán comunicados entre sí. Atacamos el que está a menor altura (LL-53) y, en este caso, se encarga Clara de la escalada e instalación, pero tras meter tres chapas no es capaz de colarse por el furaco, ya que roca y tierra se disgregan y caen constantemente. Cambiamos los papeles, y después de tirar muchas piedras, logré montar una instalación perfectamente vertical para subir y bajar cómodamente. La cavidad consta de una sala pequeña que continúa por una gatera ancha pero bajita, que dejamos para explorar otro día.




1 de noviembre:

Regreso a la LL-53, en esta ocasión por parte de Clara, Nuria y Pablo. En la última jornada habíamos alcanzado la ventana y dejado cuerda fija instalada. En esta ocasión la exploramos y topografiamos: 22 m de desarrollo. Finaliza en una serie de laminadores impenetrables (unos 15 cm de techo a suelo) que están muy próximos al Tebellín. Hubo que abandonar una chapa con maillón para el descuelgue.

Luego iniciamos otra escalada para alcanzar la ventana de la LL-52 (del lado norte del túnel). Esta es algo más alta, unos 6 m o algo más, y no la completamos por lo mismo: está la roca muy frayada de cuando dinamitaron para construir el túnel. Dejamos una cuerda fija hasta el punto al que se llegó.

Después nos fuimos a otra ventana más del túnel, la más cercana a la LL-20 (en lo sucesivo LL-56). Aquí logré subir en libre. Se exploró y topografió la cueva, con 26 m de desarrollo y +12 m de desnivel. Tenía buena pinta, pero nada. Se montó el descuelgue de un natural y no hizo falta abandonar material.

Por último nos fuimos a enlazar la topo entre la LL-52 (del lado sur del túnel) y la LL-15. No se abordó la desobstrucción pero, aunque no se pasa, sí pudimos tirar visual con el disto y unir ambas poligonales. También de este lado de la LL-52 estuvimos explorando la rampa que hay sobre el sifón, aunque no la topografiamos.

En fin, un día variadito, aunque no muy productivo. Como ya viene siendo involuntaria costumbre, la nueva becaria acarretó todo el día con el taladro grande de desobstruir, y finalmente no lo usamos....





18 de noviembre:

Nuria y Pablo nos dirigimos este día a Ḥoulagua, cavidad que Nuria no conocía. Entramos por el túnel y recorremos las galerías principales hasta la zona de la LL-29, donde se topografían un par de ramales aún pendientes. Tras esto se aprovechó para que Nuria realizase alguna práctica de vertical. Y ya de regreso abordamos la principal tarea programada para ese día (y largamente pospuesta): la topografía del túnel del Calabres, desde el sifón inicial de  Ḥoulagua hasta enlazar con lo previamente topografiado, a la altura de la LL-52.




27 de noviembre:

Visita al Pradón con especialistas de distintas disciplinas e instituciones académicas, nacionales e internacionales, destinada a la recogida de pigmentos y costras sobre pinturas rupestres de la cueva. Del club participan Alberto y Marelia, integrantes de ese proyecto internacional de investigación, así como  Pablo.


3 de diciembre:

Nuria y Pablo se dirigen una jornada más a La Llera. El objetivo de la salida era la revisión y topografía de la LL-42, que se completó sin contratiempos. El desarrollo de la cueva alcanza los 169 m, con 6 m de desnivel.


27 de diciembre:

Visita a la LL-20 por parte de Alberto y Pablo, dedicada a documentar diversos hallazgos realizados en esta cueva.


Y con esto completamos la crónica de los trabajos realizadas en el karst de La Llera durante el 2023. Seguiremos informando.

¡Saludos soterraños!

viernes, 23 de agosto de 2024

Verano bajo tierra.

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Vamos con una nueva crónica de las exploraciones escariegas en nuestra —últimamente— principal zona de exploración. Con un año de retraso, como ya viene siendo costumbre. En esta entrada, dando continuidad a las anteriores, presentamos las exploraciones realizadas durante el verano del pasado 2023 en La Llera.

22 de junio:
Nueva salida a la LL-15, a cargo de Clara, Adaya, Diego y Pablo. Como ya íbamos barruntando, la cueva está ofreciendo mucho más de lo que a simple vista podía parecer. En esta jornada se continuó con las labores de topografía, finalizando el piso inferior de la serie de pozos de entrada antes de continuar hacia la red interior. Posteriormente descubriríamos un eje de galerías que progresa hacia el norte. Se inicia con una sala que bautizamos como Sala Roja, continúa con un pasaje más estrecho seguido de una galería con nidos de pisolitas, y finaliza ante un laminador con una intensa corriente de aire. El laminador no es penetrable y está relleno de piedra y cascajo, pero la corriente de aire es fuerte y quizás podría desobstruirse. Topografiamos la mayor parte de este sector, pero no lo terminamos, antes de dar por concluida una jornada con numerosos descubrimientos.


2 de julio:
Nueva salida a la misma cavidad, a cargo de Clara y Pablo en esta ocasión. La intención era ventilar todas las incógnitas que quedaban que no requiriesen desobstrucción ni taladro; y casi lo lograron. Se cerraron unas cuantas poligonales. Incluso se encontraron pasajes vírgenes. Y además, ya al final, se descubrió un paso que necesita desobstrucción (fácil), pero por donde aspiraba una intensa corriente de aire caliente; probablemente lleve a la calle. Por lo demás, la cueva no avanza significativamente en ninguna dirección, sino que da vueltas sobre sí misma: otro laberinto de los típicos de La Llera. Una vez pasados los datos de topo de la jornada la cavidad queda en 724 m de desarrollo, con 22 m de desnivel.



4 de julio:
Pablo dedicó en esta ocasión unas horas a la LL-20, comenzando la pelea con la estrechez del extremo occidental, que hipotéticamente nos llevaría a comunicar con Ḥousanchi. Aunque se avanzó en la labor (más de lo que preveía: ya se aprecia claramente la galería del otro lado) la estrechez aún es impracticable. Anotar que la corriente de aire era más intensa que en anteriores visitas.


6 de julio:
Otra salida más de Clara y Pablo a la torca que nos ocupa últimamente. Sexto ataque a la cueva, pero tampoco a la sexta fue la vencida...
La estrechez sopladora del último día parecía, por los datos topográficos, que podía llegar a comunicar con una ventana existente en el pozo de entrada; así que por ahí comenzamos. Ganada la ventana e instalada cuerda, sale un meandrito que efectivamente comunica con el paso soplador del otro día. Ya que supondría un acceso mucho más cómodo a las galerías interiores iniciamos la desobstrucción. Agotamos las dos baterías sin lograrlo (aunque por muy poquito, quedó a punto de caramelo). Además, de la ventana en el pozo de entrada parten otros dos meandritos. Hubo que instalar un pasamanos. Uno no da nada. El otro conduce a un modesto-pozo sala. Por el eco parecía que habíamos llegado al techo de alguna sala de las conocidas. Pero no; instalamos el pozo, bajamos y ciega. Estos tres meandritos estaban sin pisar.



Tras tanto taladro, grande y pequeño, decidimos cambiar de plan y no entrar por los pozos. Salimos de la LL-15 y nos fuimos a iniciar la topo de Ḥousanchi, un poco por resarcirnos y por poder darle al disto tiradas largas: ciento y pico metros de topo hicimos en Ḥousanchi, cerrando además una amplia poligonal con lo medido meses atrás en el túnel.


11 de julio:
Pablo se acerca de nuevo a la LL-20 a pelearse con la estrechez del extremo occidental. El trabajo queda casi listo, pero aun no consigue colarse por el agujero. Pasa, eso sí, la cabeza. Lo suficiente para comprobar que la galería amplía de inmediato y que no hay una segunda estrechez a continuación. Como en jornadas anteriores hoy también sopla (aspira) con ganas.
Ya sin baterías, pero aun con tiempo, decidió dedicar un rato a continuar con la topografía del túnel para enlazar con algunas de las bocas interiores que aún tenemos pendientes de explorar. Tras los últimos trabajos sabíamos que las galerías de la torca no quedan lejos, y parecía probable que la intensa corriente de aire se escapase hacia el túnel por alguna de estas bocas interiores que aun no teníamos bien ubicadas. Y, efectivamente, una de estas conexiones al túnel sopla bastante, lo que parece corroborar nuestra suposición. No obstante, no se animó a explorarla, y continuó un rato tirando poligonal por el túnel antes de emprender el regreso.


12 de julio:
Ya con la conexión a punto de caramelo, Pablo volvió al día siguiente a la LL-20, a concluir la labor. Una vez franqueada la estrechez, y ya del lado de Ḥousanchi, decidió explorar la galería hasta el gran derrumbe del túnel, galería que efectivamente estaba pisada y corresponde punto por punto con la topo del CADE de los años 90. Como aun iba bien de tiempo, topografió la galería hasta cerrar la poligonal con lo ya topografiado con Clara desde Ḥousanchi unos días atrás; una galería guapa, con un "bosque" de columnas como pocos se ven. Quedaron un par de ramalillos pendientes.
Con la satisfacción de haber empatado la LL-20 con Ḥousanchi, un conexión que ya se anotó como factible en las exploraciones de hace treinta años, emprendió el regreso.

13 de julio:
Una vez más, Clara y Pablo a la torca.
Continuamos con la desobstrucción de la estrechez en la que ya nos empeñamos el último día, que queda bautizada como Paso del Ventilador. Aún está estrecho de narices, pero ya se pasa; de hecho salimos de la cueva por esa vía. Y además mejoramos la instalación (péndulo) para acceder a esa ventana del pozo de entrada.
Después instalamos y exploramos un pocito en el meandro de acceso por el norte a la sala grande. Conduce a un meandrito inferior, por donde está de correr el agua; tiene poco recorrido. Topografiamos aquí, y el ramal inferior de la sala grande, por donde también está de circular agua. También en esta sala (Sala Amarilla en lo sucesivo) montamos pasamanos para acceder al balcón en la pared sur, y topografiamos el ramal superior que sale de él.
Por último, instalamos y descendimos un pozo que quedaba por mirar en el laberinto de meandros de la zona alta. El pozo, de unos 10 m, comunica con la galería de los huesos a la altura de los nidos de perlas. Ya íbamos tarde y esta parte no la topografiamos. Y tras todo esto, y con una buena jupa, emprendimos el regreso.
Con lo topografiado en esta jornada el desarrollo de la cueva alcanza los 823 m, y también ha aumentado el desnivel hasta los 25 m (-23/+2).




15 de julio:
Nueva visita de Pablo a las cavidades del túnel. En esta ocasión el objetivo era doble. Por un lado revisar los rumbos de la poligonal del túnel entre la boca del mismo y la LL-20, ya que tras la conexión LL-20/Ḥousanchi el cierre poligonal nos daba más error de lo esperado, e intuíamos que las dovelas metálicas con las que están entibadas algunas secciones del túnel nos podían haber jugado una mala pasada. Por otra parte, pretendía explorar la boca sopladora localizada unos días atrás, que pudiera estar relacionada con la LL-15.
Tras la revisión de los rumbos del túnel y alguna pequeña corrección en los mismos, se dirigió a la cueva sopladora. Se trata de un meandro ascendente que enlaza con una salita modesta de la que parte un enrejado de meandritos y una corta galería. Esta galería finaliza en un laminador impracticable, con piedras, por donde entra el aire en la cavidad; en esta ocasión soplaba con fuerza. Las características del sitio recuerdan a las del laminador final de la LL-15, por donde se escapa la corriente de aire de aquella. Así que, tras topografiar lo explorado, se dedicó por un par de horas a ir sacando piedras y bloques del laminador; el soplido constante de la cueva fue refrescando la sudada.
Una vez en casa, y pasados los datos de topo, parece que estaba en lo correcto, ya que apenas un par de metros separan ambas cavidades.

22 de julio:
Otra visita más a la torca a cargo de Clara y Pablo.
En primer lugar se dedicaron por un rato a picar en la estrechez del Paso del Ventilador, que quedó más cómodo. Después topografiaron el pozo descubierto el último día, que comunica la zona alta de meandros con la galería occidental, y revisaron algunas estrecheces en esa galería. Descubren una chimenea que había pasado desapercibida hasta ahora, con un piso superior con algunas gateras y pequeños meandros, que topografiaron, aunque dejaron una incógnita que requerirá cuerda. Tras comer en la Sala Amarilla y revisar alguna estrechez por allí, descubren una ventanita que nos había pasado desapercibida hasta ahora, con un pequeño pasaje que acaba cerrando. Finalizado el trabajo en este sector se fueron al laminador donde los huesos de caballo, que quedaba allí un pozo pendiente. Más que pozo es una diaclasa estrecha en la que hay que ir buscando un poco el paso lateralmente; una estrechez vertical justita, vaya. Instaló Clara y al final sólo bajó Pablo. Abajo hay un laminador arenoso, ancho pero de techo muy bajo con pendants, con muestras de sifonar, que exploró por un trecho sin llegar al final; tiene además corriente de aire. Clara mientras, exploraba otro laminador arenoso en la zona de la cabecera del pozo. Después todavía se acercaron hasta el extremo de la galería norte, para ver las opciones de conexión con la LL-52, que ahora nos queda claro que es factible: hay conexión visual entre ambos extremos.
Para finalizar salieron por la vía "clásica" desmontando toda la línea de cuerda y recuperando material. La intención es entrar, a partir de ahora, por el Ventilador. La topo queda en 927 m, superando ya el kilómetro de desarrollo si sumamos lo topografiado en la LL-52.





3 de agosto:
Volvemos a La Llera Clara y Pablo, en esta ocasión a Ḥousanchi.
La idea era meternos a seguir con la topo en el tramo previo al gran derrumbe del túnel ("Mordor" lo hemos bautizado), ya que sólo teníamos poligonal del eje principal y de las dos conexiones iniciales con el túnel. La cueva ya la habíamos explorado el verano pasado con Carmen y sabíamos que no necesitábamos cuerda ni equipo para lo que nos proponíamos, así que fuimos ligeros, con sólo una saca pequeña. Y nada, ciñéndonos al plan fuimos quitando incógnitas. Primero los ramales de la sala de entrada, y después un pequeño laberinto que hay una vez superada la gatera que da acceso a las galerías más interiores; un laberinto de meandros y salitas que dio más trabajo del que pensábamos.
En cuatro horas de actividad metimos casi 200 m más de topo a la cueva, con lo que de momento el Sistema Ḥousanchi-LL20 queda en 569 m desarrollo, con 22 m de desnivel. Sólo hemos dejado pendientes una trepada poco prometedora, y dos sitios que habría que desobstruir; uno de ellos promete llevarnos a la calle por otro lado, la corriente de aire era de las que despeinan. De Ḥousanchi quedaría también lo que hay en la mano contraria del túnel, además de Mordor y, más allá de Mordor, las pocas incógnitas que quedan en la LL-20.



9 de agosto:
Pablo, que al parecer no había tenido suficiente con las labores previas de desobstrucción en la LL-20, da inicio este día a la desobstrucción de la gatera del extremo noreste de la cueva, en busca una posible conexión con otra de las clásicas de este karst, dedicando un par de horas a la faena.



A lo largo de la misma semana, Pablo dedicó dos tardes a tareas de prospección por la zona de Bricia, marcando algunas bocas nuevas, todas ellas de escaso interés a priori.

13 de agosto:
Nuevo pateo de prospección a cargo de Pablo, en este caso por la zona de Niembru. Primero reubica una pequeña cavidad cercana a “la fábrica”, que aún tenemos pendiente de topo.


Después prosigue pateando por la zona entre la LL-10 y Torca las Matas en busca de nuevas cavidades. No obstante, después de un encuentro con dos jabalinas acompañadas de sus rayones, y del consiguiente susto, decidió abandonar la tarea y emprender el regreso.

27 de agosto:
Salida a cargo de Armando y Pablo. Primeramente fuimos al torcu LLR-70, descubierto en uno de los últimos pateos y muy próximo al aparcamiento del campo de fútbol. Se trata de un pocete de 4 m con una sala modesta abajo. Quedó pendiente una gatera, de desobstrucción fácil a priori y con tiro de aire, y topografiamos el resto.
Después fuimos a la Torca del Tresformador, que aún no habíamos visitado, aunque hace tiempo que conocíamos su ubicación. Instaló y bajó Pablo, pero problemas con la iluminación le hicieron desistir y volver a salir.
Finalmente entramos a Ḥoulagua por el túnel, pero los problemas con la luz persistían y sólo hicimos un pequeño recorrido antes de emprender el regreso.



10 de septiembre:
Esta jornada el equipo formado con Alberto, Marelia, Armando, Clara y Pablo regresamos al Pradón y a la LL-20 con intención de documentar una serie de hallazgos realizados previamente en estas cavidades.




16 de septiembre:
Clara y Pablo regresamos a la LL-15.
Entramos con propósito de mirar las últimas incógnitas pendientes y dejar para último momento, si había ganas y fuerzas, el pozo estrecho que baja al laminador del nivel inferior y/o quitar piedras en la conexión con la LL-52.
Tras bajar por el Paso del Ventilador, pasamos a la galería Norte y ascendimos a la chimenea donde habíamos dejado una incógnita; apenas dio unos metros, acabando tras un pequeño meandro. Topografiamos y bajamos.
Después nos encaminamos a las gateras de la sala que se encuentra en la base del tercer pozo de la vía de entrada original. Fuimos explorando y topografiando los diversos ramales pendientes, en parte conectados entre sí.
Con lo topografiado en esta ocasión, y sumando lo hecho en la LL-52, la cavidad alcanza los 1.118 m de desarrollo, con 29 m de desnivel.



Y eso es todo por el momento. Seguiremos informando.
Las fotos que ilustran esta entrada son de Diego, Pablo, Clara y Armando. El texto de Pablo, con colaboración de Clara.

¡Saludos soterraños!